A la espera de la segunda temporada, las hermanas Wachowski nos maravillaron con una serie original que continúa con la exploración de las interacciones humanas, e intentando de nuevo sentar un precedente narrativo, como intentaron con Matrix o la posterior El atlas de las nubes, pero esta vez en el mundo de la pequeña pantalla. Nos encontramos con una serie donde se explora la relación entre la evolución, la empatía y la sociedad humana.
Esta exploración se realiza con todos los ocho protagonistas que están repartidos a lo largo del mundo y en diferentes estratos sociales, religiosos y económicos: Nomi, Sun, Riley, Kala, Will, Lito, Capheus y Wolfgang. Todos ellos vinculados emocional y mentalmente después de un incidente que se podría considerar básicamente el macguffin para la narrativa de la serie. Nomi (Jamie Clayton), antigua hacktivista transexual lesbiana; Sun (Doona Bae), una empresaria y experta luchadora de artes marciales en Seúl; Riley (Tuppence Middlenton), una islandesa que vive en Londres como DJ; Kala (Tina Desai), una farmacéutica de Bombay con un matrimonio concertado; Will (Brian J. Smith), un policía de Chicago; Lito (Miguel Ángel Silvestre), un actor de origen mexicano de películas de acción que vive armarizado; Capheus (Aml Ameen), un chófer keniano con una furgoneta llamada Van Damme y con una madre seropositva, y Wolfgang (Max Riemelt), un ladrón de Berlín de origen mafioso.

Imagen promocional
Todos experimentarán ese vínculo con los demás proyectándose desde sus diferentes lugares de residencia sin moverse. Como una imagen mental en cada uno de los demás. Y aunque esta dinámica y su exploración ya podría ser perfecta y narrativamente apasionante, las hermanas Wachowski nos introducen también una trama thriller de persecución y asesinatos contra los sensates (como se refieren en la serie a los humanos con estas habilidades). La ejecución de todas las tramas y la supertrama de la serie es tremendamente ambiciosa para una ficción televisiva sin relegar en ningún momento a ninguno de los ocho protagonistas. Dándoles tiempo, a todos por igual, para explorar sus emociones, conocimientos, su identidad y moralidad. Además con esa coralidad y conocimiento de los demás sensates, exploran qué significa ser humano.

De izquierda a derecha: Capheus, Sun, Will, Nomi, Wolfgang, Riley, Kala y Lito.
Aún así, Sense8 no es una serie inicialmente fácil. En sus primeros tres episodios, la narrativa es extremadamente dispersa, (aunque interesante formalmente) y tampoco ayuda que en su fase inicial los protagonistas sean algo sosos y sus tramas sean planas e incluso muy estereotipadas socioculturalmente hablando -africanos pobres pero buenos, asiáticos profesionales y maestros de artes marciales, homosexuales y transexuales activistas...-. Sense8 intenta hacer denuncia social con la mayoría de sus protagonistas pero muchos de ellos caen en maniqueísmos y propaganda de manual tanto del colectivo LGTBI+ o del feminismo, aunque posteriormente y a medida que avanza la serie mejora enteros y llega a puntos emocionales muy interesantes.
Cabe destacar que aunque sea una serie Netflix, diseñada para su consumo "binge" (ver toda una serie del tirón) esta sensación de estereotipos y maniqueísmo es muy acusada haciendo que, aunque no tengas tiempo como espectador de reflexionar sobre lo que has visto, es demasiado evidente. Dicho esto, a partir del irónico episodio cuarto títulado “What’s Going On”, la serie nos cuenta por primera vez lo que está ocurriendo y se pone en marcha a toda potencia, y entonces esos maniqueísmos y estereotipos que nos parecían simples para la trama están ahí por una razón, para no construirnos una sociedad homogénea y articular la premisa inicial de la historia, la de una sociedad multicultural, diferenciada con cada una de las particularidades, con diferentes identidades de género, orientación sexual, personalidades, cultura, etc.
Por lo tanto, tenemos una serie con 8+1 tramas, con múltiples géneros, desde policíaco, pasando por comedia, género mafioso, telenovela, thriller hasta bollywood o artes marciales, que se entrecruzan y acaban dándonos un producto muy interesante que nos intenta hacer reflexionar sobre los sentimientos, nuestra percepción sobre ellos y la idea sobre lo que nos hace ser humanos. Todos los sensates y sus interacciones nos dibujan una idea de comunión global de estas emociones y particularidades que intentan así difuminar o destruir las barreras culturales, sexuales y de género establecidas para hacer una sociedad más abierta y más evolucionada.

Fotograma de una escena con los protagonistas "juntos"
Todas las imágenes son promocionales de la serie. Fuente: Netflix.
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