Zoolander es LA PELÍCULA.
PUNTO.
Y podría haber acabado perfectamente este homenaje al filme sobre el mundo de la moda, sus frivolidades y demás cosas. La historia de Zoolander (Ben Stiller) es atemporal. Es un archifamoso modelo masculino que se ve super-guapo y super-magnifico a si mismo, y se vanagloria con su propia belleza. Es inmensamente rico y guapo gracias a su famosa mirada acero azul.
Pero no es muy listo (ni falta que hace). Durante los últimos tres años, ha sido el más premiado y querido. Cuando se dirige a la noche de la gala que podría suponer su cuarta corona, el galardón se lo lleva un nuevo modelo llamado Hansel (Owen Wilson) y Derek queda en entredicho y como un idiota. Y decide retirarse. Porque ya no es guay, ni chachi. Sin embargo, un prestigioso diseñador, Mugatu, le pide que desfile para él.
Aun así, tiene una crisis existencial que le hace un poco preguntarse el sentido de la vida cuando pierde a sus amigos en un lamentable accidente en una gasolinera, mientras jugaban como si estuvieran en un vídeo de girls gone wild. Porque no sabían leer que la gasolina no se usa con fuego.
Mugatu quiere utilizar al tonto de Zoolander y lavarle el cerebro usando Relax don't do it de Frankie Goes to Hollywood, maravillosa canción sobre la felación, para asesinar al primer ministro malayo, porque éste está en contra de la explotación infantil y como magnate de la moda esto no lo puede permitir. Finalmente, Zoolander aceptará Desfilar para Mugatu y éste pondrá en marcha el plan de asesinar al primer ministro.
Mientras tanto una reportera, Matilda, consigue descubrir con Zoolander que en en realidad todo es una conspiración mega mundial para dirigir la historia, asesinando a gente importante usando modelos masculinos, porque los modelos llegan a todos los sitios y son de buen ver. Y siempre hacen caso.
Mugatu consigue iniciar el desfile y cuando está a punto de conseguir que Zoolander sea una máquina de matar sexy, Hansel para la canción porque ya son amigos. Aun así, Mugatu lanza una estrella ninja contra el presidente malayo... y esntonces se produce la que es la mejor escena de la historia de la moda. Zoolander, utilizando una mirada que jamás ha usado de lo poderosa que es, la mirada Mágnum, consigue parar la estrella ninja. Salva al primer ministro, se queda con la chica, se reconcilia con su padre, tiene un hijo y funda una escuela para niños que no saben leer chachi.
MA-RA-VI-LLO-SO.
Simplemente maravilloso.
La película está plagada de personajes famosos que hacen cameos o tienen escenas completas, como David Bowie, Lenny Kravitz, Paris Hilton o Natalie Portman. Especial mención merece la aparición de David Duchnovy, que protagoniza una de las mejores escenas con Zoolander.
Es una película que critica el mundo de la moda y, como en la gran mayoría de películas de Ben Stiller, toda ella rezuma absurdo. Todos los personajes viven esa idiotez y absurdidad y se lo creen. Haciéndolos grandes personajes en su bajeza intelectual o emocional. Pese a la absurdidad del humor, éste está bien escrito y no recae en lo que últimamente Hollywood cree que es absurdo como el caca, culo, teta, pedo y pis. Se la ha calificado como mala, y definitivamente, no es la panacea que salvaría el cine ni la primera peli que le pondríamos a los aliens cuando vengan. Pero posiblemente sea una de las películas más entretenidas y bien construidas de principio del milenio, donde era necesario realmente reir y banalizar ciertas cosas.
Y el trailer es CHACHI. Lo destripa todo, pero de manera CHACHI.
Todas la imágenes son promocionales.
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